viernes, 30 de agosto de 2013

LOVE IN DANGER!♥

Publicadas por Ale Mg' a la/s 10:30 p.m. 0 comentarios
Cap. 2  Confusión

La luz del día golpeaba mi párpados obligándome a levantarme involuntariamente de mi tan hermoso sueño, un sueño en el que no me preocupaba por nada, ni nadie, en donde yo era feliz por siempre, pero justo como lo he dicho, ES SOLO UN SUEÑO.


-Uhmmm – me quejé, no había poder humano capaz de ignorar la luz solar – uhmmm – giré sobre mí y le di la espalda a la ventana, me topé con algo. Abro lenta y pesadamente mis párpados, para ver junto con quien está haciendo un plan maquiavélico el sol y arruina mi sueño, es…. - ¡Gabriel!– tan rápido como sale la voz de mi boca la cubro, estaba completamente dormido a menos de 10 centímetros míos, sus labios entreabiertos y su cabello descuidado le dan un aire sexy y angelical a la vez.
Mi amigo es guapo, claro que lo es, estoy segura que cualquier mujer moriría por él, sin embargo el no tenía ojos para nadie después de haber roto con su primer (y al parecer) único amor.
Trato de alejarme un tanto de él, pero se mueve, me preocupa el hecho de que vaya a levantarlo y aguanto la respiración; Gabriel se rasca un poco la sien y descansa su mano sobre mi cadera… ¿¡SOBRE MI CADERA!? Mi corazón vuelve a acelerarse, ahora la distancia que nos separa es mucho más corta y definitivamente ya no puedo alejarme de él, suspiro resignada y mis ojos se encuentran con unos ojos café oscuro.
-Buenos días – dice con voz ronca y una sonrisa dulce en los labios… Oh, cuánto me gustaría amanecer así todos los días me dice una voz interna, a la cual hago poco caso.
-B… Buenos días, ¿Dormiste bien? – pregunté tratando de verme lo más natural.
-Bien, mejor qué nunca diría – me sonrojé - ¿Quieres desayunar?
-¿Por qué me trajiste a la cama? – solté de repente la pregunta que me había estado rondando desde que desperté.
-No quiero que estés más lejos de donde te pueda ver – dijo serio, movió su mano que descansaba sobre mi cadera, aguanté la respiración y el pareció darse cuenta en qué sitio tenía su mano. La quitó y se levantó de la cama – Iré  a preparar el desayuno, toma un baño y puedes tomar alguna ropa mía, igualmente hoy iremos por tus cosas.
-¿A mi casa? – dije con la voz preocupada, él se detuvo en el marco de la puerta.
-A tu casa – sentenció.
________________________________________________________________________________
¡Ah, ¿por qué me hacía esto?! Siempre tenía que hacerse su santa voluntad, ¿y mi voto dónde quedaba? Tenía miedo de regresar a casa, pero el hecho de que él me acompañara hacía que eso pasara a segundo plano, ahora estaba preocupada por si Kevin me veía con él.
-Deja de preocuparte por tonterías y mejor apurémonos, tengo otras cosas que hacer que acompañarte a tu casa.
-No recuerdo habértelo pedido – me quejé.
-Tienes razón – se detuvo y dio la media vuelta, el alma se me cayó a los pies – buena suerte con ello.
-¡No, espera! – corrí y le tomé de la mano, en este punto él que me dejara ya no era un juego, estaba lo suficientemente cerca de Kevin, como para poder volver a huir de él – no te vayas – musité.
-¿Por qué no? – dijo con fingida molestia.
-Porque… - no me iba a obligar a decirlo ¿verdad?, ¿VERDAD? Ah… a quién engaño, siempre me obliga a hacer lo que quiere – te… necesito – susurré sonrojada.
-No me necesitas –alcé la vista rápidamente. Claro que lo necesitaba.
-Sí, si te necesito, no puedo hacer esto sin ti.
-¿Por qué no?
-Porque tengo miedo y lo sabes, así que deja de estar jugando conmigo – le reproché
-No estoy jugando contigo – dijo subiendo un poco la voz
-Sí lo estás – le dije aun más alto que él
-No, no lo estoy, solo quiero que te des cuenta de que… - dijo gritando - ¿Por qué te proteges en mí? – dijo recuperando la compostura.
-Porque confío en ti.
-¿Solo porque confías en mí? – dijo con viéndome con una mirada que claramente decía “¿A quién quieres engañar?”
-No entiendo que estás esperando que te diga… yo solo… necesito que estés a mi lado sino no me siento bien, tú me das la fuerza que necesito para afrontar mis miedos, así que por favor no te vayas de mi lado – solté espontáneamente, tan inesperadamente que hasta yo misma me asombré de mis palabras.
-¿Qué ha sido eso? – dijo aguantando una risita - ¿Una declaración o algo por el estilo?
-¡JAMÁS ME ENAMORARÍA DE ALGUIEN COMO TÚ! – él se puso serio y me miró directamente a los ojos… Oh, dios… cómo podía ponerme nerviosa con solo mirarme. No, él no me daba miedo, él no me cohibía. No,no,no.
-¿Estás segura? – me tomó de la cintura y me atrajo hacía él – porque yo creo que – inclinó un poco su cara hacía mí y yo la incliné un poco hacía atrás, tratándolo de evitar – Tú ya estás enamorada de mí.
-Que tonterías estás diciendo, yo… - él sonrió de medio lado y mi  mundo se detuvo, amaba su sonrisa era una de las más bellas que jamás haya visto. ¿Por qué mi corazón latía tan fuertemente? ¿Por qué lo único que podía mirar en él, ahora, eran sus carnosos labios? ¿Acaso quería que me besara?
De repente él se partió de la risa y me soltó. Yo por mi lado me sentí totalmente confundida, ¿qué demonios había pasado aquí, con él y con mi corazón?
-Pobre tonta – exclamó mientras volvía a tomar el rumbo hacía mi casa, apresuré el paso para intentar alcanzarlo, ¿Qué había sido eso?, ¿Le gustaba a Gabriel o solo… fue una de sus bromas más? ¿Me iba a besar, quería que me besara, qué iba a ser si me besaba?
-¡Gina! – Esa voz… - ¡Gina! – se estaba acercando cada vez más, giré para comprobar si mis sospechas eran ciertas y… ¡Sí!, ahí estaba él - ¡Gina, ¿dónde has estado todo este tiempo?!
-Ke… Kevin – pronuncié. Sigilosamente eché un vistazo hacía atrás en busca de Gabriel pero él ya estaba muy adelante como para darse cuenta de que me había separado de su lado…. Gabriel~
-Te extrañé tanto, cómo no tienes una idea – se acercó a mí, me tomó bruscamente del brazo y me jaló hacía él - ¿Por qué te fuiste de casa, cariño? – dijo mientras pasaba toscamente su mano por mi rostro, cerré los ojos por la falta de tacto con la que me tocaba, no se comparaba en nada a como me trataba Gabriel – No vuelvas a irte de casa, ¿Me escuchaste? – Gabriel - ¡Gina, ¿Me escuchaste?! – me tomó de la barbilla y levantó mi rostro de un jalón, pude sentir algo tronar.
-Sí Kevin, te escuché – dije temerosamente.
-Porque si no me obligarás a ser brusco contigo, y a ti no te gusta que sea brusco ¿verdad? – desvié la vista – Claro que no, no te gusta… pero a veces es necesario algún tipo de recordatorio, así que mientras no me desobedezcas no debes porque preocuparte más, hermosa – acercó su rostro al mío y me besó, hace mucho que sus besos dejaban de producirme algo. Su lengua se topo con mis labios cerrados y jaló de mi cabello para obligarme a abrirlos en un quejido; salvajemente, como todo lo que hacía, me beso y por mis mejillas comenzaron a rodar lágrimas… por eso no quería alejarme de Gabriel, él no hubiera dejado que esto me pasara, él me salvaría, me protegería, ¿Cierto?
- ¡Gina! – pude sentir como unas manos me tomaban de la cintura y me separaban brusca, pero cálidamente, de ese ser que ya no amaba más - ¿Qué haces imbécil? – dijo con un tonto algo ronco, en vez de escuchar su hermosa voz, ahora me parecía oír más un rugido.
-¿Quién eres tú?
-Tú debes ser Kevin, el maldito que la maltrata – dijo abrazándome un poco más contra él.
-¿Qué es esto Gina, me estás engañando con este bueno para nada?
-Kevin yo… - dije preocupada, no quería que Gabriel se viera envuelto en una pelea con él.
-Ella está enamorada de mí y yo voy a corresponder sus sentimientos, así que deja de buscarla y lo que es mejor, deja de molestarla – dijo en tono amenazante.
-Gabriel… - dije algo sorprendida, ¿enamorada? ¿corresponder?
-Gina… - sentenció Kevin, lo cual me trajo de regreso a la tierra.
-Gabriel por favor, vete no quiero que te pelees con él – dije colocándome enfrente de él – por favor, hazlo por mí – pero ni siquiera me veía – ¡Gabriel! – lo regañé, tomé su rostro entre mis manos y bajé su rostro hacía mí, pero él seguía viendo a Kevin sobre mí – Gabriel, por favor justo ahora no sé si te amo o no, pero sí sé que no quiero que te veas en vuelto en una pelea por mí, vete.
-Ya es muy tarde, Gina. Viniste a mí por eso, en busca de un alivio – dijo viéndome al fin – y yo te lo voy a dar – tomo mis manos entre las suyas, aun sobre su rostro. Cerró sus ojos y frotó su rostro sobre mis palmas – Me amas y siempre pelearé por aquello que amas – volvió a abrir sus ojos y se cruzó con los míos, de nuevo sentía esa fuerza que me impulsa a besarlo o no, ¿debía?
-Maldito, ¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer? – dijo Kevin, intentando golpearlo por la espalda.
-¡Gabriel! – grité asustada.

Gabriel giró y…..
Continuará... Ale Mg'

LOVE IN DANGER!♥

Publicadas por Ale Mg' a la/s 8:41 p.m. 0 comentarios
Hola!! (:  Aquí con un nuevo uhmmm... pensaba hacerlo one-shot, pero ya me salió para más, así que ahora con un fic que espero y les guste, los personajes son completamente míos, la idea también, por lo cual les pido que si alguien toma este texto y lo comparte en algún otro sitio web, por favor avíseme y dé los débidos créditos, sin más que decir... ¡TIME TO WRITE!

CAP. 1 Enamorada.


Ya no podía continuar con este estilo de vida, hace mucho tiempo que había dejado de amarlo, de hecho desde que él dejo de amarme, mi amor por él fue disminuyendo más y más, pero nunca quise afrontarlo, estaba tan acostumbrada a él que yo simplemente no concebía una vida sin él, pero ya había aguantado suficiente, no podía seguir aferrándome al pasado.

-¡Gabriel, Gabriel! – dije tocando desesperadamente la puerta, si no se apresuraba en abrirme “él”  me encontraría y mi iría muy mal - ¡Gabriel, por favor ábreme! – dije cada vez más desesperada, no sé si era yo o el hecho de que cada día me volvía más loca, pero podía jurar que escuchaba sus pasos acercarse a mí - ¡Ga…!

-¿Qué pasa Gina? – Un Gabriel preocupado apareció al otro lado de la puerta. Sin quererlo, mi vista se paseó por toda su persona y descubrí que estaba lleno de finas gotas, su cabello castaño estilaba agua, que le corría por esa espalda ancha y marcada, sus pectorales estaban al descubierto y podía ver su firme abdomen, en su cadera una sencilla toalla blanca atada, sus pies descalzos.

-¿P…Puedo pasar? – dije algo cohibida por el hecho de que, al parecer, lo había encontrado tomándose un baño.

-¡Caray! – se pasó una mano por el cabello, mientras que por la otra me tomaba de mi muñeca izquierda y me hacía pasar a su departamento, cerró la puerta y mi presión quedó detrás de ella, bueno solo una parte -¿Me vas a decir qué sucede?

-Es… Kevin.

-¿Kevin? ¿Qué, Kevin?

-Kevin, mi novio.

-¿Tienes un novio? – se supone que debía sonar a pregunta pero sonó a una mezcla de afirmación, duda y sorpresa. Asentí con la cabeza, la cual aun no podía levantar por la pena… ¡prácticamente estaba desnudo frente a mí!

-¿Y qué pasa con tu novio?

-Sabes… creo que deberías regresar a la ducha, no es correcto que hablemos así – Él al parecer había olvidado que estaba desnudo a la mitad de su sala, posó una mano en su cadera y sonrió de medio lado.

-Ah, cierto… Ya vengo.

Gabriel era un amigo que había conocido hace unos 3 años, 4 años después de que había empezado a salir con Kevin, ninguno de los dos sabía de la existencia del otro, alguna vez se lo mencioné a mi novio, pero no le tomó importancia. Ahora en cambio, estaba segura que si le llegaba a mencionar si quiera su nombre lo buscaría y lo golpearía.

Gabriel es alto, unos 7 cm más que ello, tez morena clara, cabello castaño y corto, tiene unos ojos finos, especiales, es algo delgado para su complexión, pero eso no quita que está bien trabajado, pero eso no es lo importante, lo importante aquí es que es alguien que siempre me ha ayudado, aun a pesar de que no se lo pida y es por eso que nos hemos hecho tan íntimos. Frente a los demás finge dejarme en ridículo o siempre está peleándome, pero cuando se trata de algo serio, es el primero en preocuparse por mí y mi persona. Confío ciegamente en él y él sabe que puede confiar ciegamente en mí.

-Hablemos, ¿ahora qué te paso? – dijo saliendo de lo que al parecer, era su cuarto. Se estaba secando el cabello con una corta toalla alrededor de su cuello.

-Kevin y yo nos conocimos hace aproximadamente 8 años y desde hace 7 que estamos saliendo – no dijo nada, pero qué esperaba que dijera – No te lo dije antes porque…

-No te pregunté el por qué o ¿sí?

-A veces puedes llegar a ser muy frío – exclamé.

-Continua – torcí los ojos y continué mi historia

-Hace 2 años él cambió, se ha vuelto más posesivo y violento, cada vez toma más y más de mi vida, hasta el punto que ya no tengo vida. 
Ahora estoy huyendo de él, porque no entiende que no quiero seguir así… me tomó mucho tomar esta decisión pero creo que es la correcta, sin embargo el amenazo con buscarme si me iba de nuestra casa.

-¿Estaba viviendo juntos? – Cómo ni siquiera me estaba viendo, pensé que no me estaba poniendo atención, pero su reacción me dejo en claro, que sí lo estaba. Asentí – Ok… me siento engañado.

-¿Engañado? – me aventuré.

-Sabía que algo no andaba bien contigo Gina, ¿Con quién crees que estás hablando? No sabía que tuvieras un novio, pero me suponía que podía ser algo parecido… te lo he dicho antes, tu eres una ventana para mí. Transparente. Pero ¿viviendo con el problema? Eso nunca lo vi, me mentiste, totalmente.

-No te mentí, solo te oculté lo que me pasaba porque no creí que te importara.

-Pues me importa. Dejemos el tema hasta aquí por favor – dijo al enfadado - ¿Qué vas a hacer con respecto a ese tipo Kai, Ken o lo que sea?

-Kevin – aclaré – me salí de la casa Gabriel, es lo que hice, no puedo hacer más.

-¿Entonces por qué has venido a mi departamento? - ¿Uh? Abrí los ojos por completo… ¿A qué había venido? ¿A contarle mis problemas? Pero si creía que no le importaba. Una voz interna me dijo: “A qué te protegiera”. Pero no podía ser por eso él no tenía la obligación de hacerlo, era mi problema no el de él, entonces ¿Qué estaba haciendo aquí? Se levantó del sillón y caminó hacia la puerta – Puedes quedarte aquí.

-¿Eh?... ¡No, como crees! Yo puedo pedirle a una amiga que me acepte por unos días mientras junto dinero para una renta.

-¿Acaso no viniste por esto? – dijo girándose hacía mí.

-No, yo solo quería….

-Estaré más tranquilo si te quedas aquí. Anda vamos – me lanzó un suéter suyo, mientras que él tomaba otro del perchero.

-¿A dónde? – Salir de estás cuatro paredes no me motivaba en lo más mínimo, y no es que estuviera haciendo un frío del demonio allá fuera, sino que justo afuera se encontraba el demonio en persona

-Iremos a comprar la despensa, ya no solo tendré que alimentar a mi persona, además seguro quieres ir por un cambio, te saliste sin nada, que clase de “fuga” es esa – dijo sarcástico.

-No, yo mejor te espero aquí y en serio no puedo quedarme en tu departamento – una ceja se enarcó en su rostro, estaba empezando a disgustarse, pensé - ¿Gabriel? – caminó a grandes zancadas hacía mí, me tomó de la muñeca y me jaló consigo a la puerta, yo puse toda la resistencia que pude pero él era más fuerte que yo – No, espera… ¡espera por favor! – le grité entre lágrimas.

-Hay algo que no me has contado y me temo, es lo más grave. Le tienes miedo ¿cierto?, ¿por qué  temerle, te ha golpeado? – dijo con esa caria seria que pone cuando está realmente preocupado por mí.

-Yo….

-¿Te ha golpeado? – dijo una octava más alta – bajé la vista hacía mis pies, ¿cómo podía decírselo? – Ese hijo de… ¿por qué es qué le permitiste que te golpeará? Gina, tuviste que haber salido de ahí desde el primer momento. Vamos a ir a tu casa por tus cosas y sin rechistar, te quedas en mi casa – ahora estaba molesto, pero no conmigo. No. 

Conmigo nunca se molestaba en serio.

En todo el trayecto hacía al súper nunca soltó mi mano y a pesar de que estuviéramos a 5°C, podía sentir un calor emanar de su mano izquierda, justo ahora sentía como si todos nos vieran como una pareja, cuando simplemente éramos un par de amigos.

-Voy a ir a buscar algo de leche y jugo, ¿puedes ir por algunas verduras? No me disgusta ninguna, así que lleva las que quieras – soltó mi mano y sentí como si se llevará parte de mi alma consigo, rápidamente volvía a estirar mi mano en búsqueda de la suya y entrelacé mis dedos con los suyos.  Él se giró rápidamente a mi agarré y luego a mí , resopló.

-Ah… uh… lo siento, yo… - solté su mano y la guardé en la bolsa del suéter que me había prestado, volteó hacía el frente y me sentí como una completa idiota, ¿Qué había hecho?

-Qué le vamos a hacer – sacó mi mano del bolsillo y la juntó con la mía 

– solo alentarás las compras – lo miré,  ¿Por qué hacía esto por mí?
Mi corazón latió rápidamente, mis mejillas ardieron y me sentí como hace 7 años no me sentía… “enamorada”
Continuará... Ale Mg'.


 

Time to Write Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos