viernes, 18 de octubre de 2013

LOVE IN DANGER!♥

Publicadas por Ale Mg' a la/s 11:11 p.m.
Cap. 6 Soñando alto.
Hola chic@s, aquí de vuelta... hace rato que tenía planeado actualizar pero blogger no me dejaba subir una entrada nueva y ahora que me ha dejado estoy comenzando mi semana de exámenes, ¿Qué suerte la mía cierto? Sin embargo muy probablemente después de mi tan "ansiada semana de exámenes" me tendrán de vuelta con unas cuantas actualizaciones más... sin más empecemos a escribir.


-Gabriel... - susurré.
-¿Qué sucede Gina? - me respondió esa aterciopelada voz. Mi corazón se aceleró y abrí mis ojos.
Estábamos bajo la fresca sombra de un roble, cerca había una arroyo por lo que se sentía una suave brisa; el viento sopló y jugó con mi cabello, un mechón cayó sobre mi rostro y Gabriel con todo el cariño del mundo lo quitó con un suave movimiento, su roce me hizo ruborizar - Te amo - dijo viéndome a los ojos y fui consciente de como mi corazón pasaba a detenerse de un solo golpe - Te amo, mi hermosa Gina - poco a poco fue agachando su rostro hasta quedar a solo unos centímetros de mis labios, podía sentir su respiración chocar con la mía. Quería que me besara, definitivamente quería besarlo... Cerré mis ojos y me dejé llevar por ese sentimiento que comenzaba a desbordarse de mi tan alocado corazón.
______________________________________________________________________________
-¿Es que estás en coma o algo por el estilo? - dijo mientras me destapaba bruscamente, el cambio de clima me hizo despertar - ¡Oh, vamos! No puedes ser tan dormilona cuando eres la primera en levantarse entre semana.
-¿Qué demonios haces en mi cuarto Gabriel? - dije con voz ronca por el sueño.
-Vine a levantarte, hoy hace un hermoso día como para pasársela dormida en tu cama - caminó hacia la ventana y abrió las cortinas. Fuera había una tenue neblina y el sol apenas se veía entre tantas nubes.
-¿Es ésto un buen día? - dije sentándome en la cama con los pies cruzados.
-Claro que sí.
-¡Claro que no, tonto! - dije aventándole una almohada - Estaba teniendo un hermoso sueño y tú solo has venido a arruinarme el día. Esto no puede ser un "buen día" - reclamé.
-¿Qué soñabas? Hoy seré bueno y cumpliré un deseo tuyo - dijo acercándose de nuevo a mi cama, cuando llegó tomo asiento a un lado mío.
-No ocupo a un genio como tú - dije evitando su mirada.
-Hey - dijo tomando un mechón de cabello mío, lo recorrió hasta la punta y lo acercó a sus labios, lo volteé a ver sorprendida. Él sólo alzó la vista hacia mí - Hoy en verdad tengo ganas de salir contigo - mi respiración se detuvo. "¿Seguía soñando?" - No pienso quedarme encerrado aquí todo el día así que - dijo soltando despectivamente mi cabello y levantándose de mi lado - date prisa y arréglate. 
-Si se trata sobre salir... - dije antes de que se fuera - hay un lugar al que quiero ir - él se giró y me miró con cara de duda - pero no te diré a donde es que quiero ir, hasta que lleguemos ahí.
-Si es así, mejor que te apresures antes de que a este genio se le bajen las ganas de complacerte - dijo con una media sonrisa para salir del cuarto.

"¿Qué demonios?, ¿Por qué había sido tan linda con él?, ¿Por qué había sido lindo él conmigo?... peor aun... ¿Por qué estaba pensando que podría volver realidad mi sueño?".


Salimos del departamento después de haber tomado una ducha rápida y haber preparado el desayuno, sin que Gabriel se diera cuenta preparé algo de comer para cuando hubiéramos llegado al sitio que tenía pensado.


-¿No has sido tú quien ha propuesto venir aquí? - Fue Gabriel el primero en romper el hielo. Asentí. - Entonces ¿Por qué estás tan callada? - dijo serio. 

Gabriel llevaba puesto una camisa a cuadros rojos y negros, y un pantalón blanco, habíamos salido de la casa en silencio, así que el semblante de Gabriel justo ahora era serio y el hecho de que llevara las manos dentro de los bolsillos le daba un aire muy bello. No había podido articular palabra alguna porque cada vez que le daba un vistazo me ponía nerviosa, ahora que era consciente de mis sentimientos hacía él no sabía cual era la forma en que debería de dirigirme.
-¿Cuánto más piensas hacerme caminar? - intentó de nuevo.
-Ya casi llegamos - susurré.
-¿Por qué estás nerviosa? - sacó de repente.
-No estoy nerviosa - me defendí - Sólo... pensativa.
-Pues vaya que amaneciste rara hoy.
-¿Lo crees? - dije viéndolo.
-Tú no eres así - dijo alzándose de hombros.
-No soy así - susurré - ¿Entonces cómo soy?
-¿De qué estás hablando Gina? Tú eres tú y punto.
-No, dime... ¿Cómo me ves? - dije inesperadamente interesada.
-Cerca hay una parada, dime que esa es nuestra parada porque no pienso caminar más allá de ese sitio.
-Vaya has dicho que es un hermoso día hoy y ¿No puedes darte el tiempo para disfrutarlo con un hermoso paseo?
-¿Es esto lo que querías?
-No, aun no llegamos a donde quiero llevarte - dije con una sonrisa en mis labios, me le adelanté dos pasos y me interpuse en su camino - No caminaremos más de esta parada, pero dime... ¿Cómo soy? - Él abrió los ojos por la sorpresa.
-Eres incómoda y molesta - dijo viéndome con una mirada acusadora - ahora iré a sentarme - me dio la vuelta y se acercó a la banca para esperar el autobús.
-¿En serio piensas eso de mí? - Gabriel me volteó a ver con cara de fastidio, pero supongo que algo hubo con mi mirada que lo hizo relajar el gesto.
-Sabes que pienso de tí, Gina. Quizás no te lo he dicho con palabras porque es algo incómodo ¿no? pero simplemente eres la persona con la que me siento bien a su lado y eso es suficiente. No cualquiera puede estar a mi lado - Una sonrisa se formó en mis labios. Eran suficientes esas inexactas palabras, tomé asiento y apoyé mi cabeza en su hombro. 
-Gracias - solté de la nada.
-¿Por qué?
-Por permitirme estar.
-Ok, definitivamente hoy amaneciste rara, este clima te afecta - se burló mientras fingía tomar mi temperatura, yo golpeé su mano en broma y me acomodé en su hombro a espera del camión.

El autobús que buscaba pasaba cada hora, por lo que tuvimos suerte de solo esperarlo 20 minutos, subímos y Gabriel ya estaba curioso por saber a donde lo estaba llevando pero yo aun quería mantenerlo en silencio. 

El sitio al que íbamos estaba fuera de la ciudad por lo que aun nos hacía falta unas dos horas de viaje, Gabriel se puso a contemplar el paisaje y yo saqué mi cuaderno de dibujo y comencé a garabatear sin sentido, solo tenía ganas de rayar, de repente esos rayones comenzaron a tomar formar y poco a poco fueron convirtiéndose en un rostro familiar, para cuando me di cuenta, ya había terminado de dibujar a Gabriel mirando melancólicamente el paisaje. "¿Melancólicamente?"
-¿Está todo bien? - dije apoyando mi mano en su hombro.
-Sí, ¿Por qué lo preguntas? - dijo sin verme.
-Por... - ok, claramente no me lo quería contar... en ese caso no lo obligaría - Por nada olvídalo, solo tuve curiosidad - volví abrir mi cuaderno de dibujo y me puse a rayar de nuevo.
-Pensaba... - dijo de repente - en los sentimientos no correspondidos - un rayón inesperado se trazó en mi libreta - ¿Cómo una persona puede desarrollar sentimiento hacía una que no siente nada hacía ella?
-Entonces no estabas bien... ¿Qué pasa?
-Es el clima supongo. Es deprimente ¿No crees?
-¿No fuiste tú quien dijo que deberíamos salir? - se acomodó en su asiento, cruzó los hombros e inclinó su cabeza hacía mi hombro.
-Era porque no quería estar solo en un día como hoy. Avísame cuando hayamos llegado - dijo para cerrar sus ojos y ponerse a dormir.
-Gabriel - dije buscando una forma de volver a sacar el tema a platica, pero el lo había cortado tan pronto lo saco. Me sentía un poco preocupada por él, pero decidí disfrutar del momento y descansar un poco también, igualmente nuestra parada era la última, seguro que el mismo chofer nos levantaba si ambos caíamos dormidos. 
________________________________________________________________________________
-Gina... Gina... - Hay una mano acariciando mi rostro, abro mis ojos ante tan cálido tacto y me encuentro con los ojos cafés de Gabriel - Llegamos a la última parada - Me desperté de un solo brinco. Habíamos llegado. Me levanté rápidamente y saqué mi mochila del maletero de arriba.
- Vamos, ya casi hemos llegado a nuestro destino. 
-¿Qué, aun falta más?
-Deja de quejarte y ponte en marcha o el camión parte de nuevo con nosotros y tendremos que hacer el viaje otra vez.
-No, ni loco - tomó mi mochila y mi mano, y se abrió paso entre la fila que había en el pasillo para bajar - ¿Y? - dijo para cuándo bajamos.
-Y, ¿Qué?
-¡Ahora a donde Gina!
-Si estás de mal humor puedes quedarte aquí, no te preocupes por mí ¿eh? Puedo continuar el viaje sola - dije molesta. Le quité mi bolso y caminé hacía la montaña. Igualmente conocía el camino como la palma de mi mano, no me perdería y él podía simplemente esperarme en la cafetería del pueblo.
-¿A dónde crees que estás yendo sin mí? - dijo poniendo una mano en mi cabeza, me giré y pude ver su cara de molestia.
-Hacía un lado en donde tu molesta cara no me arruine el día.
-¡Pues lo siento, pero no hay otra, lo tomas o lo dejas!
-¿Puedes explicarme por qué de repente estás de mal humor y te estás desquitando conmigo? - dije al borde de las lágrimas, un momento más y quizás mi sueño se hubiera hecho realidad - Yo solo quería venir a este sitio contigo, dijiste que me cumpliría un deseo, entonces ya tengo el deseo que quiero pedir... Quita esa fea cara y disfruta del día conmigo bajo un roble, es todo lo que quiero. - Gabriel me vio con gran sorpresa y yo ya había perdido la poca cordura que me quedaba - ¡Bah! - resoplé - regresemos a dónde el camión - dije tomándolo de la mano, si iba a estar en este plan ni caso tenía que lo llevara a ese sitio.
-No, ya hemos venido hasta aquí así que iremos a donde querías llevarme - lo miré - siento haberme comportado así yo... hoy no es mi día ¿sabes?
-Si, bueno ya lo noté, pero sabes algo... yo no tengo la culpa.
-Lo sé, lo siento. No quería arruinar tu día.
-Pues ya lo has hecho.
-Lo siento.
-Eso ya no es suficiente.
-¿Qué puedo hacer para que me disculpes? - me lo pensé - oh, vamos no me vayas a pedir que corra desnudo enfrente de todos - dijo burlón. Bien ahí estaba de nuevo mi Gabriel.
-No quiero arruinar el día de los demás, gracias - bromeé - Pero hay una forma - él me miro con atención - te la diré una vez lleguemos a donde he estado intentando llevarte todo el día.
-¿Por qué quieres tanto ir ahí? - dijo mientras caminábamos de nuevo.
-Porque es un lugar especial para mí y... - "¿Y qué?... ¿y quiero compartirlo contigo? ¿No es casi declararle mis sentimientos?" 
-Bien, si es un lugar importante para ti, entonces iré sin rechistar - lo miré... "¿Por qué cada vez que decía comentarios como estos sentía que yo podría, quizás, gustarle un poco?"
Caminamos un tanto más y llegamos al sitio que había estado buscando toda la mañana. En medio del bosque una sencillo techado de palos, justo a lado de éste un enorme roble y a unos cuantos pasos de ahí un fresco arroyo - ¿No es hermosa la vista?
-¿Qué es esto? - dijo Gabriel completamente sorprendido - ¡woaaah! - dio unos pasos y admiró el paisaje - Es hermoso, ¿Cómo es que has encontrado un sitio como éste?
-Cuando vivía aquí de pequeña con mis papás, solíamos venir todos los fin de semana aquí, a mi mamá le encantaba y mi papá le encantaba complacer a mi mamá, además a mi siempre me ha gustado mucho este roble - dije acercándome a su gran y ancho tronco - siempre que sueño con un roble, pienso en este sitio y hoy.... - dije cerrando los ojos mientras tocaba el tronco, cómo si así pudiera recordar todas las memorias que había hecho en este sitio - Te lo dije ¿cierto? He tenido un hermoso sueño, soñaba conmigo bajo la sombra de este roble - dije volteándome a verlo con una sonrisa. Sentémonos - dije corriendo a su lado, tomé su mano y lo jalé hasta el roble - ¿A poco no es relajante? - dije alzando el rostro y respirando un poco del aire puro.
-Realmente amas este sitio - dijo viéndome
-Así es.
-¿Por qué has querido compartirlo con alguien como yo?
-Porque eres importante para mí - tan pronto como solté esas palabras me arrepentí, bajé la vista y busqué su reacción, él solo me sonrió de lado.
-¿Cuán importante? - me sonrojé.
-¡Cierto!, me debes unas disculpas - dije intentando cambiar de tema - Debes decirme por qué estabas molesto camino acá.
-Gina... - dijo poniendo su mano sobre la mía - ¿Cuán importante? 
-Te basta con saber que eres importante, tu tampoco me has dado una respuesta exacta sobre lo que piensas de mí, así que con "Importante" es suficiente - dije nerviosa - ahora dime por qué estabas molesto, sino me volveré a molestar contigo - él ahogó una risita y se volteó a ver la copa del árbol.
-No fue mala elección salir contigo hoy - lo miré - un día como hoy mis papás se divorciaron - soltó de la nada - y no es que no haya podido superarlo, de hecho no me importa que hayan hecho con su vida, ahora mismo no tengo ni la menor noticia de ninguno de los dos, pero cuando mi padre dejó a mi madre por otra ella sufrió demasiado y eso... ninguna mujer se lo merece, entonces no sé por qué, este día siempre amanecé con este clima deprimente y... - dijo pasando su mano por su frente - no es que me importe... es el clima, me deprime y no puedo dejar de pensar en el dolor de mi madre. De su amor no correspondido.
-Está bien, no tienes que contármelo si no quieres - le dije sonriendo - yo solo quería saber si era por mi culpa el que estuvieras de ese ánimo.
-No, está bien. Si eres tú siento que puedo contártelo... porque también eres importante para mí - su mano volvió a bajar y cruzó su mirada con la mía... mi corazón se paró, justo como en mi sueño... quizás fuera solo mi imaginación pero sentía como si Gabriel y yo no estuviéramos acercando cada vez más, hasta que realmente la distancia se acortó, "Justo como en mi sueño" , quería besarlo, quería que me besara, quería que conociera mis sentimientos...

Y como por arte de magia, el sonido de su celular nos devolvió a la realidad, Gabriel abrió sus ojos de par en par y yo solo me le quedé viendo confundida, aunque la confusión que reflejaban sus ojos era mayor a la que, estaba segura, había en los míos.

-Yo... lo siento, ¿Qué estaba a punto de...? - dijo nervioso - Gina yo... No es lo que estás pensando, yo...
-¿Por qué no contestas de una vez el celular? - dije algo incómoda.
-Sí, claro...-sacó su celular de su bolsillo y revisó la pantalla - ¿Diana? - susurró, pero estoy segura de que fue ese el nombre que dijo - Eh... tengo que atender, ya vuelvo - me sonrió falsamente y se levantó para dejarme sola.

Por un momento más y los dos nos hubiéramos besado.... un momento más y mi sueño se abría vuelto realidad, pero la realidad era esta... él ya tenía a alguien a quien amaba y yo solo era alguien más en su vida...

Continuará... Ale Mg'



0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Time to Write Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos