Cap.3 ¿Novia?
Wii…
cap. 3! Por lo menos ya no me desaparezco por meses jajajaja ^^
-Ya es
muy tarde, Gina. Viniste a mí por eso, en busca de un alivio – dijo viéndome al
fin – y yo te lo voy a dar – tomo mis manos entre las suyas, aun sobre su
rostro. Cerró sus ojos y frotó su rostro sobre mis palmas – Me amas y siempre
pelearé por aquello que amas – volvió a abrir sus ojos y se cruzó con los míos,
de nuevo sentía esa fuerza que me impulsa a besarlo o no, ¿debía?
-Maldito,
¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer? – dijo Kevin, intentando golpearlo por la
espalda.
-¡Gabriel!
– grité asustada.
Gabriel
giró y cómo si fuera la cosa más sencilla del mundo bloqueó el golpe de Kevin,
sin darle tiempo de reaccionar Gabriel le respondió el golpe , lo cual ocasionó
que el labio de Kevin se cortara.
-¡Gabriel,
Kevin… detengan esto por favor! – dije entre lágrimas… ¿Por qué debían de
pelear? No quería que nada les pasara a ninguno de los 2, aun a pesar de que
temía a Kevin, tampoco quería ver que Gabriel lo golpeara, simplemente no quería ver golpes enfrente de mí - ¡Gabriel!
– chillé, cuando estaba a punto de proporcionarle el 3er golpe a Kevin, quien
ya comenzaba a mostrar la mirada perdida – ¡Basta, es suficiente!
Gabriel
volteó a verme como si saliera de un trance y pude notar que sea cual sea la
cara que tuviese en ese momento a él le afectó, cosa que Kevin aprovechó y lo
golpeó en la cara. El corazón se me detuvo y me armé de valor, corrí hacía
donde estaban pelando y me interpuse entre ellos dos, Kevin preparaba otro
golpe y Gabriel se estaba preparando del pasado.
-¡He
dicho basta! – dije viendo a Kevin y dándole
la espalda a Gabriel - ¡Por favor! –le supliqué – Ustedes ni siquiera
deberían estar peleando puesto que a ustedes no les incumbe esto, eran simples desconocidos hasta hace un
momento, el problema es entre tu y yo
Kevin, no dañes a los demás solo porque sí.
-¿Por
qué lo defiendes? – dijo a la par que escupía un poco de sangre.
-No
estoy defendiendo a nadie, es solo que no me gusta ver a las personas pelear y
por un demonio Kevin… ¡Lo sabes! ¿Por qué sencillamente no puedes aceptar que
ya no quiero estar más a tu lado?, ¿qué caso tiene?
-Tiene
mucho caso porque te amo.
-No, no
la amas – respondió Gabriel, lo miré seriamente con cara de “no te metas en
esto ya” él se alzó de hombros.
-Ya no
me amas Kevin, al menos no se trata así a una persona que amas – dije dolida recordando
todas las cosas malas que había pasado con él en estos últimos meses.
-¿Ya no
vas a volver conmigo? – dijo poniendo aquella cara de dolor que definitivamente
hace tiempo ya no veía, esta vez estaba sufriendo
en verdad.- ¿Vas a mandar todo este tiempo juntos a la borda solo por alguien
como él? ¿Es por él que me dejas? – me quedé sin palabras - ¿Cómo querías que
no te tratara así si me estabas engañando con él todo este tiempo? – gruñó,
ahora ya no estaba dolido, ahora estaba enojado o quizás había pasado a fingir
ese dolor con el coraje.
-¿Cómo
te iba a engañar con alguien que no veo más que como un amigo? Tú fuiste quien
lo acabaste todo y lo siento, pero vengo por mis pertenencias.
Ahora
estaba segura, quizás era solo eso lo que debía haber hecho desde un principio,
enfrentarlo, cara a cara, acabar con cualquier malentendido y entonces empezar
mi vida desde cero. Ya no le tenía miedo, pasé por un lado de él y me dirigí
hacía nuestra casa, entré y la nostalgia me invadió, ¿Cuántos momentos adorables no habíamos
pasado aquí? ¿Cuántas veces no habíamos llegado a casa en medio de risas y
besos? Pero esos momentos ya no volverían otra vez… hoy era la última página de
este libro, ya no habría marcha atrás.
Empaqué
mis cosas y salí de lo que quedaba de nuestra habitación; fuera, en la sala
estaba Kevin sentando en el sillón con la cabeza entre las manos, no pude
evitar sentirme mal por él… yo soy el tipo de persona que no entiende cómo una
pareja puede olvidarse tan fácilmente, aunque ya no quería seguir a su lado él
seguía siendo una parte importante de mi vida y no iba a poder cambiar eso.
Dejé las cosas cerca de la puerta y me volví hacía la sala.
-Eh…
Kevin – susurré, el alzó la cara y parecía como si estuviese a punto de llorar –
yo… - ¿Qué debía decir? – esto… me marcho ya – dije con una media sonrisa.
-Así
que era eso – dijo sin el rastro de ánimo que alguna vez le había escuchado
hablar.
-Sólo
quería decirte que… - resoplé y me acerqué a él – No voy a olvidarme fácilmente
de lo que tuvimos, porque fue algo hermoso, pero mi lugar ya no es a tu lado…
por eso muchas gracias por todo este tiempo – le dediqué una sonrisa y sin
poder evitarlo lo abrasé, él se sorprendió muchísimo y a pesar de que sus
brazos no me rodearon pude sentir que correspondía mi abrazo, le dediqué un
beso en la frente y me volví de pie –
bueno me marcho, cuídate – me giré con una falsa sonrisa en los labios,
definitivamente me estaba desmoronando ¿iba a dejar todo esto para ir a un
futuro incierto? Aquí por lo menos sabía que seguiría a su lado, pero ahora… ¿Qué
me esperaba? Alcé la vista una vez que salí de la sala y ahí estaba Gabriel con
una cara que simplemente no pude entender, y que por el momento no me
interesaba entender.
-Llevaré
tus cosas – dijo con una voz fría.
-Puedo
hacerme cargo de eso por mí misma, gracias – le quité la maleta y las bolsas y
salí de mi ahora “ex – casa” .
________________________________________________________________
Había
pasado una semana, como Gabriel me había dicho me aceptó en su casa y aunque estábamos
viviendo juntos el tiempo que nos hablábamos o nos veíamos era estrictamente el
necesario, cuándo despertaba él aun estaba durmiendo, preparaba mi desayuno y
salía a la universidad, al salir de ésta
comía ahí y me iba a mi trabajo, no era que lo hubiera conseguido en este momento,
era un trabajo que tenía para apoyar a Kevin con los gastos, pero ahora solo
era para ayudarme a mí y pagarle a Gabriel por recibirme en su casa mientras yo
juntaba lo necesario para conseguirme un departamento.
Del
trabajo no salía hasta las 9:00pm y hacía
como 15 o 20 minutos hasta mi actual hogar, además si a eso le agregamos que de
pasada compraba algunas cosas para la cena, venía llegando a la casa cerca de
las 10:00pm, hora en que Gabriel ya estaba duchándose y preparándose para
dormir.
-Ya
llegué – dije cuando volví de la calle.
-Uhmm –
Era lo único que gritaba siempre desde la ducha.
Me puse
a preparar la cena y me concentré única y exclusivamente en mis asuntos.
-Hola,
lo siento, no pude evitarlo estaba en el cuarto de Gabriel y comenzó a llegar
un aroma exquisito hasta allá, ¿estás preparando algo para cenar?
-¡¿Quién
eres tú?! – dije asustada.
-¡Ahhhh,
te has cortado! ¿Qué hago, qué hago? – dijo con una voz
demasiado chillona – ¡Gabriel, Gabriel!.. dame un minuto ahora mismo te ayudo.
-¿Qué demonios?
– pensé, volteé a ver mi mano y pude ver que un hilo de sangre corría por mi
dedo índice - ¡Oh, rayos…! “sangre” .
Traté de pensar en otra cosa e intenté caminar hacía el fregador… “sangre” la
enjuagué pero el agua no hacía más que hacerme ver más “sangre” .
-¡Cierra
eso tonta! - tomó mi mano y la quitó del
chorro de agua – déjame ver – la acercó hacía él y la examinó – no parece nada
grave, aun así estás sangrando demasiado. Diana.
-¿Si? –
dijo asomando la cara sobre el hombro desnudo de Gabriel, espera… ¿Desnudo? Salí
de mi trauma por la sangre y lo miré… ¡Ay, no!
De nuevo tenía a Gabriel en toalla enfrente a mí.
-Tráeme
alcohol y una bandita, están detrás del espejo del baño.
-Sí
claro, ya vengo – se fue corriendo y Gabriel me miró.
-¿Se
puede saber en qué demonios estabas
pensando? Si vas a cortar algo, entonces ten cuidado, al menos claro que fueras
tan idiota y quisieras cortar tu dedo.
-Y qué
si soy idiota y me quiero cortar el dedo – dije molesta – así que deja de
fingirte preocupado por mí – zafé mi mano de su agarré y me volteé por una
servilleta, cubrí mi dedo y evité pensar en que pronto se volvería roja.
-¿Ahora
por qué estás molesta?
-No
estoy molesta.
-¿Ah,
no? – dijo alzando una ceja.
-¡No! –
le grité.
-Aquí
está Gabriel – dijo esa tal Diana.
-Olvídalo,
tal parece que solo está exagerando. Regresemos al cuarto, ella se las puede
arreglar por sí sola.
-¿No
vas a ayudarla? Digo,¿ no dijiste que le daba asco la sangre?
-Yo
nunca dije eso – dijo volteándose hacía su recámara – te veo en el cuarto.
La
chica pareció pensárselo en sí ir tras Gabriel o ayudarme con mi pequeño “exagerado”
problema, al final se quedó aquí.
-Lo
siento, él no suele ser tan frio, no sé por qué está actuando así hoy – tomó mi
mano delicadamente y limpió mi dedo – quizás te duela un poco pero aguanta ¿sí?
– me puso un algodón con alcohol y me ardió como ya lo imaginaba, acercó su
dedo a la boca y sopló… ¿qué tipo de escena era ésta? Aun así me sonrojé –
Listo – dijo poniendo la bandita – esto debería ayudar – dijo sonriéndome –
Realmente me disculpo otra vez por Gabriel, ¡caray! Y tan preocupado que se veía
cuando le dije que te heriste – la miré con sorpresa.
-¿Puedo
preguntar qué estás haciendo aquí?... ¿Eres la novia de Gabriel o algo así? - se partió de la risa.
-Sí así
es… es mi novio – dijo entre risa y risa.
-¡Diana!
-¡Oops!,
el gruñón habla, me hubiera gustado probar tu comida, realmente olía genial,
pero si lo hago esperar realmente se enojará.
-Esto…
sí, entiendo.
-Adiós –
y se fue corriendo hacía el cuarto de Gabriel
Era… su….
¿novia?... ¿Desde cuándo él tenía novias? Y lo peor aun… ¿iban a dormir juntos
hoy? ¡¿Qué clase de hombre era realmente?!
Continuará... Ale Mg'
0 comentarios:
Publicar un comentario