martes, 3 de septiembre de 2013

LOVE IN DANGER!♥

Publicadas por Ale Mg' a la/s 10:38 a.m.
Cap.3 ¿Novia?
Wii… cap. 3! Por lo menos ya no me desaparezco por meses jajajaja ^^
-Ya es muy tarde, Gina. Viniste a mí por eso, en busca de un alivio – dijo viéndome al fin – y yo te lo voy a dar – tomo mis manos entre las suyas, aun sobre su rostro. Cerró sus ojos y frotó su rostro sobre mis palmas – Me amas y siempre pelearé por aquello que amas – volvió a abrir sus ojos y se cruzó con los míos, de nuevo sentía esa fuerza que me impulsa a besarlo o no, ¿debía?
-Maldito, ¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer? – dijo Kevin, intentando golpearlo por la espalda.
-¡Gabriel! – grité asustada.

Gabriel giró y cómo si fuera la cosa más sencilla del mundo bloqueó el golpe de Kevin, sin darle tiempo de reaccionar Gabriel le respondió el golpe , lo cual ocasionó que el labio de Kevin se cortara.
-¡Gabriel, Kevin… detengan esto por favor! – dije entre lágrimas… ¿Por qué debían de pelear? No quería que nada les pasara a ninguno de los 2, aun a pesar de que temía a Kevin, tampoco quería ver que Gabriel lo golpeara, simplemente  no quería ver golpes enfrente de mí - ¡Gabriel! – chillé, cuando estaba a punto de proporcionarle el 3er golpe a Kevin, quien ya comenzaba a mostrar la mirada perdida – ¡Basta, es suficiente!
Gabriel volteó a verme como si saliera de un trance y pude notar que sea cual sea la cara que tuviese en ese momento a él le afectó, cosa que Kevin aprovechó y lo golpeó en la cara. El corazón se me detuvo y me armé de valor, corrí hacía donde estaban pelando y me interpuse entre ellos dos, Kevin preparaba otro golpe y Gabriel se estaba preparando del pasado.
-¡He dicho basta! – dije viendo a Kevin y dándole  la espalda a Gabriel - ¡Por favor! –le supliqué – Ustedes ni siquiera deberían estar peleando puesto que a ustedes no les incumbe esto,  eran simples desconocidos hasta hace un momento,  el problema es entre tu y yo Kevin, no dañes a los demás solo porque sí.
-¿Por qué lo defiendes? – dijo a la par que escupía un poco de sangre.
-No estoy defendiendo a nadie, es solo que no me gusta ver a las personas pelear y por un demonio Kevin… ¡Lo sabes! ¿Por qué sencillamente no puedes aceptar que ya no quiero estar más a tu lado?, ¿qué caso tiene?
-Tiene mucho caso porque te amo.
-No, no la amas – respondió Gabriel, lo miré seriamente con cara de “no te metas en esto ya” él se alzó de hombros.
-Ya no me amas Kevin, al menos no se trata así a una persona que amas – dije dolida recordando todas las cosas malas que había pasado con él en estos últimos meses.
-¿Ya no vas a volver conmigo? – dijo poniendo aquella cara de dolor que definitivamente hace  tiempo ya no veía, esta vez estaba sufriendo en verdad.- ¿Vas a mandar todo este tiempo juntos a la borda solo por alguien como él? ¿Es por él que me dejas? – me quedé sin palabras - ¿Cómo querías que no te tratara así si me estabas engañando con él todo este tiempo? – gruñó, ahora ya no estaba dolido, ahora estaba enojado o quizás había pasado a fingir ese dolor con el coraje.
-¿Cómo te iba a engañar con alguien que no veo más que como un amigo? Tú fuiste quien lo acabaste todo y lo siento, pero vengo por mis pertenencias.
Ahora estaba segura, quizás era solo eso lo que debía haber hecho desde un principio, enfrentarlo, cara a cara, acabar con cualquier malentendido y entonces empezar mi vida desde cero. Ya no le tenía miedo, pasé por un lado de él y me dirigí hacía nuestra casa, entré y la nostalgia me invadió,  ¿Cuántos momentos adorables no habíamos pasado aquí? ¿Cuántas veces no habíamos llegado a casa en medio de risas y besos? Pero esos momentos ya no volverían otra vez… hoy era la última página de este libro, ya no habría marcha atrás.
Empaqué mis cosas y salí de lo que quedaba de nuestra habitación; fuera, en la sala estaba Kevin sentando en el sillón con la cabeza entre las manos, no pude evitar sentirme mal por él… yo soy el tipo de persona que no entiende cómo una pareja puede olvidarse tan fácilmente, aunque ya no quería seguir a su lado él seguía siendo una parte importante de mi vida y no iba a poder cambiar eso. Dejé las cosas cerca de la puerta y me volví hacía la sala.
-Eh… Kevin – susurré, el alzó la cara y parecía como si estuviese a punto de llorar – yo… - ¿Qué debía decir? – esto… me marcho ya – dije con una media sonrisa.
-Así que era eso – dijo sin el rastro de ánimo que alguna vez le había escuchado hablar.
-Sólo quería decirte que… - resoplé y me acerqué a él – No voy a olvidarme fácilmente de lo que tuvimos, porque fue algo hermoso, pero mi lugar ya no es a tu lado… por eso muchas gracias por todo este tiempo – le dediqué una sonrisa y sin poder evitarlo lo abrasé, él se sorprendió muchísimo y a pesar de que sus brazos no me rodearon pude sentir que correspondía mi abrazo, le dediqué un beso en la frente y me volví de  pie – bueno me marcho, cuídate – me giré con una falsa sonrisa en los labios, definitivamente me estaba desmoronando ¿iba a dejar todo esto para ir a un futuro incierto? Aquí por lo menos sabía que seguiría a su lado, pero ahora… ¿Qué me esperaba? Alcé la vista una vez que salí de la sala y ahí estaba Gabriel con una cara que simplemente no pude entender, y que por el momento no me interesaba entender.
-Llevaré tus cosas – dijo con una voz fría.
-Puedo hacerme cargo de eso por mí misma, gracias – le quité la maleta y las bolsas y salí de mi ahora “ex – casa” .
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Había pasado una semana, como Gabriel me había dicho me aceptó en su casa y aunque estábamos viviendo juntos el tiempo que nos hablábamos o nos veíamos era estrictamente el necesario, cuándo despertaba él aun estaba durmiendo, preparaba mi desayuno y salía a la universidad,  al salir de ésta comía ahí y me iba a mi trabajo, no era que lo hubiera conseguido en este momento, era un trabajo que tenía para apoyar a Kevin con los gastos, pero ahora solo era para ayudarme a mí y pagarle a Gabriel por recibirme en su casa mientras yo juntaba lo necesario para conseguirme un departamento.
Del trabajo no salía hasta las 9:00pm y  hacía como 15 o 20 minutos hasta mi actual hogar, además si a eso le agregamos que de pasada compraba algunas cosas para la cena, venía llegando a la casa cerca de las 10:00pm, hora en que Gabriel ya estaba duchándose y preparándose para dormir.
-Ya llegué – dije cuando volví de la calle.
-Uhmm – Era lo único que gritaba siempre desde la ducha.
Me puse a preparar la cena y me concentré única y exclusivamente en mis asuntos.
-Hola, lo siento, no pude evitarlo estaba en el cuarto de Gabriel y comenzó a llegar un aroma exquisito hasta allá, ¿estás preparando algo para cenar?
-¡¿Quién eres tú?! – dije asustada.
-¡Ahhhh, te  has cortado!  ¿Qué hago, qué hago? – dijo con una voz demasiado chillona – ¡Gabriel, Gabriel!.. dame un minuto ahora mismo te ayudo.
-¿Qué demonios? – pensé, volteé a ver mi mano y pude ver que un hilo de sangre corría por mi dedo índice - ¡Oh, rayos…!  “sangre” . Traté de pensar en otra cosa e intenté caminar hacía el fregador… “sangre” la enjuagué pero el agua no hacía más que hacerme ver más “sangre” .
-¡Cierra eso tonta!  - tomó mi mano y la quitó del chorro de agua – déjame ver – la acercó hacía él y la examinó – no parece nada grave, aun así estás sangrando demasiado. Diana.
-¿Si? – dijo asomando la cara sobre el hombro desnudo de Gabriel, espera… ¿Desnudo? Salí de mi trauma por la sangre y lo miré… ¡Ay, no!  De nuevo tenía a Gabriel en toalla enfrente a mí.
-Tráeme alcohol y una bandita, están detrás del espejo del baño.
-Sí claro, ya vengo – se fue corriendo y Gabriel me miró.
-¿Se puede saber en qué demonios  estabas pensando? Si vas a cortar algo, entonces ten cuidado, al menos claro que fueras tan idiota y quisieras cortar tu dedo.
-Y qué si soy idiota y me quiero cortar el dedo – dije molesta – así que deja de fingirte preocupado por mí – zafé mi mano de su agarré y me volteé por una servilleta, cubrí mi dedo y evité pensar en que pronto se volvería roja.
-¿Ahora por qué estás molesta?
-No estoy molesta.
-¿Ah, no? – dijo alzando una ceja.
-¡No! – le grité.
-Aquí está Gabriel – dijo esa tal Diana.
-Olvídalo, tal parece que solo está exagerando. Regresemos al cuarto, ella se las puede arreglar por sí sola.
-¿No vas a ayudarla? Digo,¿ no dijiste que le daba asco la sangre?
-Yo nunca dije eso – dijo volteándose hacía su recámara – te veo en el cuarto.
La chica pareció pensárselo en sí ir tras Gabriel o ayudarme con mi pequeño “exagerado” problema, al final se quedó aquí.
-Lo siento, él no suele ser tan frio, no sé por qué está actuando así hoy – tomó mi mano delicadamente y limpió mi dedo – quizás te duela un poco pero aguanta ¿sí? – me puso un algodón con alcohol y me ardió como ya lo imaginaba, acercó su dedo a la boca y sopló… ¿qué tipo de escena era ésta? Aun así me sonrojé – Listo – dijo poniendo la bandita – esto debería ayudar – dijo sonriéndome – Realmente me disculpo otra vez por Gabriel, ¡caray! Y tan preocupado que se veía cuando le dije que te heriste – la miré con sorpresa.
-¿Puedo preguntar qué estás haciendo aquí?... ¿Eres la novia de Gabriel o algo así?  - se partió de la risa.
-Sí así es… es mi novio – dijo entre risa y risa.
-¡Diana!
-¡Oops!, el gruñón habla, me hubiera gustado probar tu comida, realmente olía genial, pero si lo hago esperar realmente se enojará.
-Esto… sí, entiendo.
-Adiós – y se fue corriendo hacía el cuarto de Gabriel

Era… su…. ¿novia?... ¿Desde cuándo él tenía novias? Y lo peor aun… ¿iban a dormir juntos hoy? ¡¿Qué clase de hombre era realmente?! 
Continuará... Ale Mg'

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